miércoles, 19 de noviembre de 2008





RICARDO PALMA:





Internacionalista


Manuel Ricardo Palma Soriano (Lima 7 Feb. 1833/ 6 Oct. 1919), es el escritor peruano de mayor celebridad internacional, merced a sus Tradiciones Peruanas, una de las colecciones más leídas de la literatura hispanoamericana. A la edad de 20 años Palma ingresó a la Marina del Perú como contador. Luego en 1860, hallándose en la férrea oposición liberal al conservadurismo vigente, tras su participación en un abortado golpe de estado se vio forzado a exiliarse en Chile, donde se dedicó al periodismo.

De regreso en el país, en 1864 fue designado Cónsul del Perú en Belem do Pará, en el entonces Imperio del Brasil. Con tal motivo viajó previamente a Europa, entablando amistad con intelectuales iberoamericanos residentes en Londres y París.

Retornado a Lima, en 1866, como secretario del Ministro de Guerra José Gálvez, tomó parte en la defensa contra la agresión española que concluyera en el Callao, con la victoria peruana del 2 de mayo. En 1872 publicó la primera serie de sus Tradiciones, creando con ellas un género nuevo en la literatura castellana.
Años después, desatada una guerra expansionista contra el Perú, Palma se batió en los reductos, y sufrió el incendio de su rancho miraflorino y la pérdida de sus libros y escritos.

En 1881, ocurrida la aciaga ocupación de Lima y la desenfrenada destrucción de la famosa Biblioteca Nacional del Perú por el ejército invasor, desperdigada su valiosa colección bibliográfica con la remisión de la más significativa parte de ella a Santiago, como “trofeo”, Palma expresó su enérgico rechazo a tal crimen de lesa cultura imponiéndose la tarea de intentar reconstruirla. Firmada la paz, el gobierno le encargó el restablecimiento de la Biblioteca Nacional, e inició su campaña epistolar como bibliotecario mendigo, afanado en obtener de los amigos de fuera donaciones de libros para reconstituir la expoliada Biblioteca, permaneciendo en el cargo hasta 1912.

En 1887 Palma fundó en Lima la Academia Peruana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia de España. En 1892, el gobierno lo designó representante oficial para las celebraciones organizadas en la Península, con motivo del Cuatricentenario del Descubrimiento de América, del que escribiera luego un recuento de su visita. Su estancia peninsular le permitió afianzar o comenzar lazos epistolares con destacados hombres de letras de aquella y esta orilla del Atlántico, con el objetivo de contribuir mediante sus cartas a la más pronta recuperación de la Biblioteca Nacional, lo que consiguió por su admirable tesón y diligencia, pudiendo encabezar su reapertura y el paulatino incremento de sus fondos.

Entre el profuso epistolario que Palma sostuviera con relevantes hombres de ciencias y letras, de América y España, sobresale la correspondencia que intercambiara con su buen amigo don Pedro N. Arata, notable médico argentino, distinguido académico y propulsor del progreso científico. Cincuenta y cuatro cartas, escritas por Palma a Arata, entre 1890 y 1910, fueron adquiridas para la Biblioteca Nacional del Perú por oportuna acción del Encargado de Negocios del Perú en Londres, en diciembre de 1999.

En dichas cartas, se muestra el talante de observador crítico de la realidad de la región americana y su aspiración a que en lugar de destrucción y desconfianza, los gobiernos de las naciones iberoamericanas pudieran empeñarse en afirmar el progreso mediante el conocimiento y la justicia internas, y la paz y el entendimiento externos. Los originales de este epistolario se conservan en la Biblioteca Nacional desde su entrega por la Cancillería, que por su parte conserva una versión digital integral de dicho epistolario.

Palma, "uno de los pocos escritores universales que ha dado el Perú”, como afirmara Luis Alberto Sánchez, constituye no sólo motivo de orgullo para la literatura del Perú y de la expresión en lengua castellana en el mundo, sino también es digno ejemplo de compromiso con el más alto cometido que el intelecto pueda tener, la siembra del entendimiento y la cooperación entre los pueblos, para en paz poder superar la ignorancia y el atraso de naciones hermanas elegidas para un mejor destino, “será difícil que alguien opaque su gloria.”


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